martes, 20 de julio de 2010

NO SOLO DE FE VIVE EL HOMBRE


Estamos a semanas de comenzar un nuevo torneo y con esto arrancar una nueva ilusión. Con cada temporada que inicia, con cada renovación de plantel viene la renovación de la Fe, esa que para el hincha de Racing no hace falta que la alimenten mucho desde afuera. Solo basta con un simple incentivo para que el apetito voraz comience a saciar su hambre con el corazón y la pasión de cada uno de nosotros. Entonces esa Fe inagotable de cada hincha comienza a crecer y a hacerse fuerte semanas antes que de inicio el torneo. Esa que para muchos de los que no entienden este sentimiento creen exageradas o directamente encuentran infundadas estas esperanzas, esta Fe. Pero ahí está el problema, no entienden este sentimiento. No hace falta nada para encender la mecha de pasión en Racing, con solo el arranque de un nuevo torneo basta para creer que este es el año, que vamos a romper cualquier racha y que nadie nos va a parar. Pero esta vez la Fe ya llega a nosotros más alimentada que de costumbre, no nos llega flaca, escuálida, hambrienta y dispuesta a alimentarse solo de las esperanzas y deseos de los hinchas. Esta más gordita que de costumbre, la supieron alimentar bien antes de depositarlas en nuestras manos. Este proyecto de desnutrición cero había comenzado a principio de año, pero lo que muchos no entendieron fue que no iba a ser de un día para otro, había que sentar las bases para luego poder culminar el proyecto de la mejor manera, de la manera que todos queremos. Por suerte este trabajo siguió su camino más allá de las dificultades que surgieron sobre todo en el principio de la etapa, con cambios necesarios y en el momento oportuno. Y le proyecto continuó después de haber logrado el primer objetivo, siguió su rumbo hasta llegar al día de hoy; donde, como hacía mucho tiempo no pasaba, recibimos desde el club, el plantel y el cuerpo técnico los fundamentos para creer, soñar e ilusionarnos con otro Racing, distinto al de los últimos años. Todo esto sumado a nuestra Fe inquebrantable, esa que ya explicamos que no necesita nada para resurgir hacen que nuestros incansables deseos sean cada vez más fuertes y reales. Se sabe que esta combinación nos agranda, nos eleva a lo más alto de las ilusiones y los golpes a esa altura pueden ser durísimos y las caídas mucho peor. Pero ya nos dimos tantos golpes antes, ya resistimos tantas palizas del destino que estamos listos para dar pelea, con más armas que de costumbre, con más fuerza. Porque dicen que la base de la fortaleza es estar bien alimentado, y hoy Racing y los hinchas lo estamos.