Nunca creí que pudiera llegar el momento en que dudara de la idea de que mantener una base, que no desmantelar un equipo al fin de un torneo es lo mejor para una institución. Pero hoy, este presente del equipo dirigido por Alfio Basile me hace creer lo contrario. El plantel de Racing, en su gran mayoría, viene de una base de hace ya unos años. Manteniéndose gran parte del plantel profesional, sin grandes ventas y con contrataciones moderadas, no de esas históricas donde llegaban casi un equipo completo. Se mantuvo la base de los últimos tres o cuatro torneos y hasta se retuvo, con muchas dificultades, a sus figuras que eran pretendidas supuestamente desde Europa. Pero los resultados y sobre todo el rendimiento de muchos de los jugadores en estos últimos tiempos no dejan más dudas de que es hora de que el plantel albiceleste sufra una renovación en varias de sus líneas. Si bien sigo creyendo que lo mejor para un equipo es mantener una base a lo largo de los torneos también es inteligente saber cuando hay algo que no funciona y saber cambiar a tiempo. Existe una camada de jugadores que durante largo tiempo se creyó que estaban jerarquizando al plantel y nunca terminaron de demostrarlo dentro de la cancha. Al final de este torneo se espera vender para equilibrar las arcas del club, pero también para cambiar de aires y comenzar una nueva etapa. Racing lo necesita.